El Gobierno "lamenta y no condena" y, mientras tanto, las calles de Madrid son tomadas en nombre de la decencia y la dignidad. Mientras tanto el PSOE "lamenta y no condena", en vez de estar ahí, manifestándose y se excusa en eso de la "responsabilidad política". No es un tema de responsabilidad, como ha declarado Zapatero, es una cuestión de decencia, repito. Si el partido del Gobierno no lo entiende, es que tiene un problema muy serio con sus siglas.
Lo más dañino es la perversión de las cosas cuándo se dejan desiertos ciertos espacios políticos y morales, y ni se hace lo que se tiene que hacer, ni se está donde se tiene que estar. Ver al PP encabezando la manifestación me hace daño en los ojos y me parece perverso, oportunista y un chiste de mal gusto, pero peor es la ausencia clamorosa e irresponsable de quien se reclama de “la izquierda” y no hace lo que debe. ¿Qué izquierda es esa?
Después, algunos se escandalizan cuando leen cosas como ésta: “Una veintena de activistas pro-saharauis ha ocupado hoy la agrupación local del Partido Socialista en el distrito madrileño de Arganzuela en protesta por la "indignante y execrable actitud del Gobierno" ante los sucesos en El Aaiún”. Lo que no puede pretender el PSOE es mantener una actitud cobarde, sumisa y ciega en su acción de Gobierno sobre esta cuestión y no asumir las consecuencias.
Lo que hoy toca es no callar y -desde la calle o desde donde toque- gritar hasta quedarse sin voz para llegar donde no llegan ni las instituciones ni los Gobiernos, al lado de oscuros intereses. Hay que exigir que toda la comunidad internacional, y el Gobierno Español el primero, pase al plano de la presión política activa hasta las últimas consecuencias hacia la teocracia marroquí y fuerce el cumplimiento del derecho internacional.
¿Cuántos abusos más son necesarios?
¿Cuántos atropellos más?
¿Cuántos saqueos más?
¿Cuántas muertes más?
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